Es crucial comprender las sutilezas legales que rodean la relación entre tenencia y posesión, a menudo, estos conceptos se entrelazan, creando una aparente similitud en el manejo de un bien, pero a medida que profundizamos, sus consecuencias legales revelan diferencias fundamentales.
En este artículo, exploraremos la delicada línea que separa la tenencia y la posesión, dos figuras jurídicas que, aunque parecidas en la práctica, desencadenan consecuencias distintivas para los inversionistas y compradores de propiedades en el contexto colombiano.
Tenencia de inmueble
La tenencia, como figura jurídica, se manifiesta cuando un tercero detenta un bien inmueble sin ser el propietario, este «tercero» conserva la tenencia física de la propiedad gracias a la aprobación del dueño, establecida comúnmente mediante contratos como el arrendamiento o el comodato.
Es vital comprender que, bajo la tenencia, el tercero nunca puede transformarse en propietario, ya que siempre reconoce la existencia del titular legítimo del derecho de propiedad.
Posesión de inmueble
La posesión implica que un tercero, llamado el poseedor, toma un bien inmueble y lo utiliza sin mediar ningún tipo de relación contractual con el propietario.
Aunque el propietario sigue siendo el titular del derecho, el poseedor opera como si fuera el dueño, explotando y utilizando la propiedad.
Esta dinámica, aparentemente simple, desencadena consecuencias legales significativas, especialmente en lo que respecta a la prescripción adquisitiva y la posibilidad de convertirse en el propietario legítimo con el tiempo.
Diferencias entre tenencia y posesión
Tenencia
La tenencia implica que el tercero tiene acceso a la propiedad gracias a un acuerdo formal con el dueño, el cual puede ser llevado a cabo por:
- Arrendamiento: en la tenencia a través del arrendamiento, el arrendatario realiza un pago, conocido como canon, al propietario a cambio del uso temporal de la propiedad.
- Comodato: en este acuerdo, se difiere al permitir que el tercero, conocido como comodatario, utilice la propiedad sin realizar un pago monetario al propietario.
Ambos contratos definen claramente las relaciones en el marco de la tenencia, estableciendo términos que ofrecen seguridad jurídica y estructura a la ocupación del bien.
Posesión
Esta se distingue por la prescripción adquisitiva, que es la vía por la cual el poseedor puede llegar a ser propietario con el tiempo, además la relación con el propietario es más indirecta, ya que el poseedor actúa como si fuera el dueño, sin mediar un contrato formal.
Conclusión
La diferencia entre tenencia y posesión en el contexto legal colombiano es esencial para los inversionistas y compradores de bienes inmuebles. La tenencia, regida por contratos como el arrendamiento y el comodato, establece límites claros sobre la relación entre el dueño y el ocupante.
En contraste, la posesión, al operar sin la necesidad de un contrato, plantea la posibilidad única de que el poseedor se convierta en propietario a través de la prescripción adquisitiva.
Ambos conceptos, aparentemente similares, revelan matices cruciales que impactan las decisiones financieras y estratégicas en el dinámico mercado inmobiliario colombiano.